El entrenamiento físico es un gran aliado para llevar una vida saludable. Sin embargo, a la hora de realizar una rutina de ejercicios, muchas personas se preguntan si realmente están ejecutando los movimientos de forma correcta.
Revisemos aquí cuáles son las señales que te indicarán si estás haciendo bien los ejercicios de entrenamiento, además de consejos adicionales para optimizar tu rutina.
Sensaciones durante el ejercicio
El esfuerzo adecuado:
Encontrar el equilibrio: Es importante encontrar un punto medio entre la comodidad y el esfuerzo excesivo. Busca un nivel de intensidad que te desafíe, pero que te permita mantener la técnica correcta durante todas las repeticiones.
Indicadores de esfuerzo adecuado: Sentirás que tus músculos trabajan, pero no al punto de la extenuación. Tu respiración se acelerará, pero podrás mantenerte sin jadear.
Ajustes según el esfuerzo: Si el ejercicio se siente demasiado fácil, aumenta la intensidad o el peso. Si experimentas dolor o incomodidad excesiva, detente.
Respiración:
Respiración controlada: La respiración tiene un papel importante en la ejecución correcta de los ejercicios. Presta atención a tu ritmo respiratorio.
Señales de mala respiración: Si te falta aire o te ahogas durante el ejercicio, es posible que estés esforzándote demasiado o que la técnica no sea la adecuada.
Consejos para una buena respiración: Inhala profundamente antes de iniciar el movimiento y exhala al realizar la fuerza. Sincroniza la respiración con el ritmo del ejercicio.
Postura:
Alineación corporal: La postura correcta es necesaria para evitar lesiones y maximizar los resultados del entrenamiento. Mantén una alineación correcta de la columna vertebral durante todo el ejercicio.
Zonas a tener en cuenta: Observa la posición de tu espalda, cuello, hombros y cadera. Asegúrate de que no haya desvíos ni arqueos pronunciados.
Corrección de la postura: Si tu cuerpo se tambalea o se desvía durante el ejercicio, es probable que no estés realizando el movimiento correctamente. Detente y ajusta tu postura antes de continuar.
Sensaciones musculares:
Atención a las señales: Presta atención a las sensaciones que experimentas en tus músculos durante el entrenamiento.
Indicadores de dolor: Si sientes dolor en una zona específica, es posible que estés haciendo algo mal. Detén el ejercicio para evitar lesiones.
Distinción entre fatiga y dolor: La fatiga muscular normal después del ejercicio es diferente al dolor agudo. El primero es una sensación de cansancio, mientras que el segundo indica una posible lesión.
Progresión y resultados
Mejora en el rendimiento:
Constancia como clave: Si eres constante con tu entrenamiento, notarás mejoras en tu fuerza, resistencia y flexibilidad con el tiempo.
Evidencia del progreso: Podrás realizar más repeticiones con el mismo peso, levantar pesos más pesados o realizar ejercicios más complejos.
Seguimiento del progreso: Registrar tu progreso en un diario o aplicación te ayudará a visualizar tus logros y mantenerte motivado.
Cambios físicos:
Transformación del cuerpo: A medida que avanzas en tu entrenamiento, tu cuerpo se verá y se sentirá mejor.
Redefinición muscular: Notarás un aumento en la masa muscular y una disminución en la grasa corporal.
Mejora en la postura: La práctica regular de ejercicio puede ayudarte a corregir la postura y mejorar tu equilibrio.
Sensación de bienestar:
Beneficios para la salud mental: El entrenamiento físico no solo beneficia tu cuerpo, sino también tu mente.
Reducción del estrés: Sentirás una mayor energía y vitalidad, y una disminución del estrés y la ansiedad.
Mejora del estado de ánimo: El ejercicio regular puede mejorar tu estado de ánimo y ayudarte a sentirte más feliz y positivo.
Recuerda que lo más importante es ser constante y escuchar a tu cuerpo. Si te esfuerzas, te diviertes y sigues las señales que te da tu cuerpo, estarás en el camino correcto para alcanzar tus objetivos de entrenamiento.