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Vida en movimiento: El antídoto al sedentarismo

El sedentarismo es más que solo una falta de movimiento. Pareciera como si nuestro cuerpo estuviera en pausa mientras el mundo sigue girando (y sin darnos cuenta). Ya sea por el trabajo que nos mantiene pegados a una silla durante horas, por el transporte que nos lleva de un lugar a otro sin requerir esfuerzo físico, o por el tiempo libre que pasamos frente a una pantalla, el sedentarismo hace presencia constante en nuestras vidas.



¿Qué pasa realmente cuando optamos por la inactividad?


Nuestro cuerpo, diseñado para moverse y funcionar en movimiento, comienza a resentirse. Quemamos menos calorías, perdiendo no solo nuestra resistencia física, sino también masa muscular. Los huesos se debilitan, el metabolismo se ralentiza, y nuestra capacidad para combatir enfermedades disminuye. El flujo sanguíneo se ve afectado, la inflamación aumenta, y hasta nuestros niveles hormonales pueden desequilibrarse.


¿Cuáles son los riesgos reales de mantener este estilo de vida?


El sedentarismo es un factor de riesgo para una multitud de enfermedades crónicas. Desde la obesidad hasta enfermedades del corazón, pasando por la hipertensión, el colesterol alto, e incluso el cáncer. La vida sedentaria se expone a una variedad de problemas de salud. Y como si eso no fuera suficiente, el riesgo de muerte prematura también aumenta cuanto menos nos movemos.


Por supuesto, no podemos ignorar los riesgos específicos del sedentarismo en términos de lesiones musculares. La falta de actividad adecuada puede provocar desde contracturas hasta sobrecargas musculares, haciendo que incluso el movimiento más básico se convierta en una tarea dolorosa. Por eso, no solo debemos comenzar a movernos, sino también hacerlo de manera segura, poniendo atención en el calentamiento y en estiramientos adecuados para prevenir lesiones.


La pregunta que surge entonces es: ¿cómo podemos revertirlo? Todo está en volver a poner a nuestro cuerpo en movimiento como debe ser. No se trata solo de cumplir con una cuota de ejercicio diario, sino de adoptar un estilo de vida más activo en general. Desde pequeños cambios en casa o en el trabajo, hasta comprometernos a realizar actividades físicas regularmente.


¿Algunos consejos para dejar de lado el sedentarismo?



  • Para prevenir el sedentarismo y sus lesiones asociadas, es importante adoptar hábitos saludables y activos. Esto incluye empezar gradualmente con ejercicios de calentamiento y estiramientos.

  • Además, debemos estar atentos a nuestra postura corporal y corregirla si es necesario a lo largo del día.

  • Es beneficioso reducir el uso del automóvil o transporte público y optar por caminar siempre que sea viable.

  • Participar en actividades al aire libre que impliquen ejercicio moderado también es una buena práctica.

  • Asimismo, es necesario realizar pausas durante la jornada laboral para estirar los músculos y dar breves paseos.

  • Por último, mantener una alimentación equilibrada complementa estos esfuerzos para estar activos y saludables.


Sin embargo, en cuanto al retorno a la actividad física, este debe ser gradual y consciente. No se trata de lanzarse a un régimen de ejercicio intenso de la noche a la mañana, sino de encontrar actividades que disfrutemos y que se ajusten a nuestras capacidades.


Al final del día, escaparnos del sedentarismo no solo se trata de mejorar nuestra salud física, sino también de recuperar nuestra vitalidad y bienestar general, recordándonos que nuestro cuerpo está diseñado para moverse, y que solo en movimiento encontraremos la plenitud que buscamos.

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