Entrenar durante la menstruación: Lo que realmente importa
- El Cuartel Web
- 20 jul
- 2 Min. de lectura

Mucho se habla sobre si se debe o no hacer ejercicio durante el periodo menstrual, pero pocas veces se discute lo esencial: no existe una respuesta universal. La forma en que tu cuerpo responde al ejercicio durante estos días depende de factores únicos como tu salud, nivel de actividad habitual y cómo experimentas los síntomas.
Lo primero: Entiende tus cambios fisiológicos
Durante la menstruación, el cuerpo pasa por fluctuaciones hormonales que pueden afectar:
Niveles de energía (algunas mujeres se sienten más fatigadas, otras no notan diferencia).
Sensibilidad al dolor (los cólicos pueden hacer que ciertos movimientos resulten incómodos).
Retención de líquidos (lo que puede influir en cómo te sientes al moverte).
Esto no significa que debas dejar de entrenar, pero sí que es importante ajustar las expectativas. Compararte con tu rendimiento en otros momentos del ciclo no solo es injusto, sino que puede generarte frustración innecesaria.
La regla de oro: Flexibilidad, no rigidez
Si hay algo en lo que coinciden los estudios es que el movimiento suele ser beneficioso, pero forzarte a seguir una rutina rígida puede ser contraproducente. Algunas recomendaciones:
Si te sientes bien, no hay razón para parar. Muchas mujeres notan que el ejercicio les ayuda a reducir molestias y mejorar el ánimo.
Si estás muy cansada o con dolor, prioriza descansar o elegir actividades más suaves. No es "flojera", es sentido común.
Si tu rendimiento baja, no te preocupes. Es normal, y recuperarás tu nivel habitual en unos días.
Señales de que deberías reconsiderar tu entrenamiento
Aunque el ejercicio suele ser positivo, hay situaciones en las que es mejor parar:
Dolor que empeora con el movimiento (no solo molestia, sino dolor agudo).
Mareos o debilidad extrema (podría indicar anemia o baja presión).
Sangrado excesivo que te hace sentir agotada (en este caso, consulta a un médico).
El factor mental: No subestimes cómo te sientes
Más allá de lo físico, está el aspecto emocional. Algunos días, la motivación simplemente no está, y eso está bien. No eres una máquina. Si necesitas reducir la intensidad, cambiar de actividad o incluso tomarte un día libre, no pasa nada. La consistencia a largo plazo es lo que importa, no lo que hagas en un día puntual.
Haz lo que te funcione
No hay un enfoque único. Algunas mujeres prefieren mantener su rutina sin cambios; otras necesitan adaptarla. Lo importante es:
Observar cómo te sientes (cada ciclo puede ser distinto).
No castigarte si un día no rindes igual.
Recordar que es temporal (en unos días, tu energía volverá).
Si tienes dudas sobre cómo el ejercicio afecta tu ciclo, habla con un profesional de la salud. Pero en general, escuchar a tu cuerpo sigue siendo la mejor guía.
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